En el marco del Programa de Formación Permanente de Profesores 2017, que lleva a cabo la Universidad de Piura, el doctor Alarcón se refirió al “Mensaje de Tomás de Aquino a los intelectuales de hoy”.
Por Samuel Nontol. 26 mayo, 2017.Las sesiones, en las que participaron profesores de la Universidad de Piura, se realizaron en Campus Piura y Campus Lima. Estuvieron a cargo de Enrique Alarcón, presidente de la fundación Tomás de Aquino y profesor de metafísica de la Universidad de Navarra.
En sus exposiciones, el experto español habló sobre la tesitura del pensamiento y la ciencia contemporánea, frente a los problemas trascendentales que ha de resolver el ser humano. Según explicó, el gran problema que cada uno debe responder es “¿qué hago yo con mi vida?”. Sin embargo, dijo, la propia vida no la resolvemos con la ciencia actual o con buena parte de nuestra cultura actual.
El doctor Alarcón, también director del Proyecto Corpus Thomisticum y evaluador de proyectos de la Agencia Nacional de Evaluación y Prospectivas del Gobierno de España, comentó que reflexionar sobre la obra del «Doctor angélico» permite acceder a un conocimiento profundo y es de vital importancia para la formación de un docente universitario.
Explicó, además, lo que implica que la ciencia utilice el método matemático para acceder a la verdad de forma integral: «Si bien con la Matemática se resuelven problemas importantes, emplearlas siempre hace que se pierda la capacidad de responder a lo que carece de magnitud y cantidad. Es decir, podemos construir un puente pero no afrontar, desde las ciencias, lo justo y lo injusto, la dignidad, el sentido de la vida, la amistad, la gestión de la vida familiar y la educación de los hijos».
El filósofo indicó que estas cuestiones trascendentes siguen teniendo vigencia en la actualidad, por ello «urge que los que ejercen como formadores vuelvan a las tradiciones filosóficas de aquellos que buscaban la verdad en todos los campos del saber, tal como lo hizo Tomás de Aquino».
Las disciplinas sapienciales –como la filosofía, la ética y la religión– son las que en realidad tratan de resolver los problemas importantes de la vida, señaló. Sin embargo, Alarcón expresó que existe un cierto desprecio hacia las humanidades, una minusvaloración a estas disciplinas. “Son consideradas por la sociedad como asignaturas de segunda (…) Conforme crecemos nos vamos dando cuenta de que estas son las cosas que merecen más atención”, aseguró.
«Cuando un padre de familia mira las calificaciones de su hijo, se preocupa por Matemática o Física, y considera que Ética o Religión son asignaturas de relleno. Esto es paradójico, porque al hombre lo que verdaderamente le importa es el amor incondicional, y eso lo encuentra en sus relaciones y en su fe. Es bueno e importante construir puentes, pero no olvidemos que, al final, las personas siempre vuelven a lo que les interesa, a lo trascendente, a lo que no tiene magnitud ni cantidad», puntualizó.
Con el tiempo y con la experiencia, sostuvo, las personas van aprendiendo a distinguir lo que realmente es bueno de lo malo. Además, van adquiriendo hábitos que proporcionan tres claves importantes: saber hacer bien las cosas, habilidad y capacidad por hacerlas bien, y el gusto o disfrute por hacer las cosas bien.